4 curiosidades muy melosas sobre el ron

Ron XO Fair, importado por Jícara Drinks

Pocas bebidas con más historia que el ron, aunque a veces sus referencias más populares se limiten a batallitas de piratas borrachines. Porque aunque todos los clichés asocian el ron con el Caribe, la identidad de este destilado también se forja en otras regiones del mundo, adoptando distintos sabores que las diferentes latitudes sedimentan en su alquimia. 

Esta identidad se compone de muchas peculiaridades, muchos encantos y una porción de secretos. Desvelemos alguno con discreción y cariño…

1. La caña de azúcar no nació caribeña

A pesar de que ron y Caribe parecen un binomio inseparable, lo cierto es que debe su razón de ser a una especie que llegó de Europa del sur y que a su vez procedía de la Asia más lejana. La saccharum officinarum, nombre científico de la caña de azúcar, es una planta gramínea que se localizó en su origen en el sudeste asiático.

La caña de azúcar no crecía como tal en países ‘roneros’ por excelencia, como Haití o República Dominicana, sino que fue Cristóbal Colón, en su segundo viaje a América, quien introdujo ese bien preciado, clave en las futuras economías y agriculturas del Nuevo Mundo. (Tanto es así que en Cuba cuentan con todo un Ministerio del Azúcar). 

Buena parte de esa caña de azúcar que se exportaría hacia América procedía de las islas Canarias, y para ese famoso segundo viaje, el navegante se hace con plantas cultivadas en las citadas islas. Con el tiempo, se demostrará que el clima de las Antillas es el más benigno para su producción, lo que relegará a unas Canarias que durante un breve lapso de tiempo hacen fortuna con su comercio, gracias también a una producción basada en distintos ‘ingenios’ que le dio buenos réditos. De ahí la tradición de producir el ron más meloso de todos, el ron miel, o su famoso ‘ron amarillo’.

2. Hay ron más allá del Caribe

Ron agrícola Sampan, producido en Vietnam de manera sostenible.

Ron agrícola Sampan, producido en Vietnam de manera sostenible.

La producción de ron sigue asociándose a lugares como Cuba, República Dominicana, Venezuela o incluso Jamaica. Y, de hecho, el grueso de su producción hunde ahí sus raíces. Pero, ya en sus orígenes, también hay registro de producción de ron en distintas zonas de América del Sur y en los últimos años han surgido destilerías de ron en los lugares más exóticos del mundo, bien distintos a los que tenemos costumbres. 

¿Las razones? Buena parte de ‘culpa’ del surgimiento de nuevos cultivos y posteriores destilerías ‘world wide’ tiene que ver con el abuso de cultivos intensivos de azúcar de caña. Estas técnicas extremas de explotación agrícola perjudicaron seriamente los ecosistemas del Caribe, así como de los países del entorno como Guatemala, El Salvador o Nicaragua. 

La necesidad constante de agua así como de mano de obra que requiere una plantación de caña de azúcar son exigencias que motivan a los productores a optar por métodos más intensivos para minimizar esfuerzos. Poniendo en riesgo la calidad del producto final, así como la salud de los ecosistemas naturales, al someterles a un excesivo estrés.

¿Acaso no puede elaborarse ron sin dañar el medioambiente o perjudicar gravemente la comunidad? En JÍCARA DRINKS podemos demostrarte que sí, se puede. Sólo hace falta desearlo. De hecho, nosotros solo importamos y distribuimos marcas que pueden acreditar, no solo una gran calidad, sino además una producción responsable. 

Sin salirnos del Caribe, en Belice se elabora Rum XO, de Fair Drinks, una marca comprometida con el comercio justo y el respeto al medioambiente. Por otra parte, puestos a buscar un clima en el que la caña de azúcar prolifere sin necesidad de ‘dopaje’, lo ideal es hacerlo en su lugar de origen, el sudeste asiático. Hoy día, en países como Vietnam se fabrican algunos de los mejores rones del mundo, como el premiado Sampan, también de JÍCARA DRINKS. Sampan utiliza caña de azúcar nativa, cultivada con métodos agrícolas tradicionales, no altera el equilibrio del ecosistema. Y, además, el producto es exquisito.



3. El secreto está en el cultivo

Plantación de caña azucarera para la elaboración de Ron.

Plantación de caña azucarera para la elaboración de Ron.

¿Será el café?, decía una famosa marca de productos con cafeína. ¿Y el secreto de un buen ron? Muchos dirán que la calidad de la melaza que se obtiene de la caña de azúcar, otros del tipo de corte de las cañas, otros de la fermentación y otros de la destilación y el añejamiento

Y todos tendrán razón, porque los distintos elementos suman en el proceso de producir un ron excelente, pero desde luego el cultivo es uno de ellos. Tanto para la calidad final como para el respeto al medioambiente, condición sine qua non con la que trabaja JÍCARA DRINKS desde el primer día. 

Y cómo se trabaje con la caña de azúcar es fundamental en el proceso. Si las cañas se cortan lo más cerca del suelo posible, el jugo azucarero que se pueda lograr más tarde variará. Por poner tan solo un ejemplo de la necesidad del mimo y el cuidado que requiere el cultivo de ron para un resultado óptimo, mientras se reivindican los métodos más tradicionales y respetuosos con su entorno natural. 

Por ejemplo, Sampán, como te hemos dicho, Sampan solo se elabora con caña de azúcar autóctona, que crece a menos de cuarenta kilómetros de la destilería. Se cultiva y cosecha de forma artesanal, sin pesticidas ni aditivos químicos, y se somete a un prensado suave para aprovechar tan sólo el primer jugo, lo que garantiza su calidad.



4. Durante años se usó como agente antibacteriano

La historia del alcohol en la vida cotidiana de nuestros antepasados da para mucho. Además del mero placer de consumir vino, ron o cerveza, estaba también un aspecto antiséptico, digamos, para hacer frente a virus, bacterias y demás elementos extraños que podían alojarse en el organismo. 

Como el curry y demás especias para preservar la carne de bacterias y ralentizar su descomposición, el alcohol se ha usado a menudo en el pasado con esa intención. El ron, en concreto, se empleó a menudo durante la pandemia de la conocida como gripe española, tras la Primera Guerra Mundial, y era habitual ver vasitos de nuestra bebida favorita en hospitales.

Esos tiempos, afortunadamente, pasaron. Y el ron no se utiliza ya más que para aquello en lo que funciona honestamente: satisfacer el gusto más exquisito y proporcionar un disfrute difícil de igualar. 

En cualquier caso, si escoges marcas de ron como Rum XO de Fair o Sampan, te garantizamos que, quizá no te cure la gripe, pero al menos no estarás introduciendo agentes tóxicos adicionales en tu organismo (más allá del alcohol claro, que siempre tendrás que consumir con responsabilidad). Esto es así porque nuestras marcas están libres de azúcares añadidos, aditivos químicos, pesticidas o GMO. Porque el ron puede ser un producto honesto con el consumidor


A pesar de que ron y Caribe parecen un binomio inseparable, lo cierto es que debe su razón de ser a una especie que llegó de Europa del sur y que a su vez procedía de la Asia más lejana. La saccharum officinarum, nombre científico de la caña de azúcar, es una planta gramínea que se localizó en su origen en el sudeste asiático.

A estos cuatro datos curiosos se podrían añadir miles. De hecho, el ron es una de las bebidas más literarias. Presente siempre en las novelas de aventuras y piratas, ha inspirado, además, libros deliciosos para entendidos en los buenos destilados (y las buenas historias) como Bebidas para señoritas. Crónicas caribeñas cargadas de ron, ron, ron, de Arantza Prádanos. 

Pero lo más inspirador es saber que, cuando degustamos una bebida como esta, no estamos contribuyendo, por fuerza, a destruir ecosistemas autóctonos o en forzar a poblaciones nativas a trabajar bajo condiciones injustas. Las marcas de JÍCARA DRINKS están aquí para probar que se puede disfrutar con conciencia.